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La Guía Para Mantener Conversaciones Interesantes

  • Foto del escritor: Juan leiva benavides
    Juan leiva benavides
  • 19 jul 2016
  • 6 Min. de lectura

10 claves prácticas para crear hilos y mantener una conversación

A continuación encontrarás diez estrategias muy eficaces para mantener viva una conversación creando nuevos hilos que explorar.

1. Haz preguntas abiertas y positivas

Aunque es aconsejable evitar las preguntas cerradas, tampoco es un drama usarlas de vez en cuando si luego continuas añadiendo una pregunta abierta. Por ejemplo:

– ¿Te gusta la comida coreana? (pregunta cerrada)

– Sí.

– ¿Y qué platos son los que más te gustan? (contraatacas con una pregunta abierta)

Lo realmente importante es que te intereses por tu interlocutor usando preguntas positivas. El motivo es que solemos estar más dispuestos a hablar de lo que nos genera emociones agradables (aunque a veces encontrar un odio en común puede ser muy, muy vinculante).

Algunos ejemplos:

¿De dónde eres?

Esta es una de las mejores para terminar hablando sobre trabajo, orígenes, familia o aficiones. Todo el mundo tiene una historia y es muy halagador compartirla con alguien que quiera escucharla.

¿Qué es lo mejor/que más te gusta de…?

Muy útil porque aporta alegría y frescura. Evoca lo mejor de las personas y además ofrece muchas oportunidades para vincularse en positivo.

¿Cómo conseguiste/llegaste a…?

Otra que permite a tu interlocutor contar una historia propia y que amplia el abanico de hilos de conversación.

¿Cuál es el mayor reto de…?

Ideal para conversaciones profesionales. A todos nos gusta contar cómo superamos las dificultades.

Cuéntame más sobre…

Aunque no es una pregunta, también es una estupenda forma de crear nuevos hilos. Y pedirle a alguien que profundice en lo que está contando es muy halagador.

Si te responden a estas preguntas con uno “No lo sé”, no desistas. Sí que lo saben pero sólo tienen que pensar un poco más sobre ello. Vuelve a preguntar haciendo una suposición y respondiendo por él (¿No te parece que el mayor reto es…?). Así le ayudas a responder con tu ejemplo.

2. Cambia el tiempo verbal a una pregunta

Cambiar el tiempo verbal de tus preguntas hacia el futuro o el pasado multiplica por tres la cantidad de temas de conversación.

Una conversación habitualmente se inicia en el presente (qué tal estás, qué haces aquí, de qué trabajas) y luego se puede desplazar hacia adelante o atrás en el tiempo.

Cuando creas estar quedándote sin temas, cambia el tiempo de algunos que ya hayas tratado. Si por ejemplo ya le has preguntado de qué trabaja, puedes preguntarle si está pensando en algún cambio profesional en el futuro próximo.

3. Responde incluso cuando no te pregunten

Para que tu interlocutor se sienta a gusto hablando contigo es crucial que te intereses por él. A la gente le gusta tanto hablar de sí misma que incluso está dispuesta a renunciar a dinero para poder hacerlo.

Sin embargo, una conversación debe ser como un partido de tenis. Un intercambio de información entre ambas partes. En el momento en que una de ellas la monopoliza, se convierte en un partido de frontón.

El problema es que si la otra persona no tiene demasiadas habilidades sociales y únicamente se limita a responder tus preguntas, tus conversaciones acabarán pareciendo interrogatorios y terminarán rápido.

Para evitarlo, acostúmbrate a responder aún cuando no te pregunten. Si le preguntas sobre su plato favorito de la gastronomía argentina y te contesta que el asado, siéntete libre de decirle que el tuyo es la empanada.

4. Profundiza en los cuatro temas emocionales

A medida que vayas avanzando en la conversación y según la predisposición que veas en tu interlocutor, intenta entrar en temas emocionales que generen emociones positivas. Si encontráis un vínculo ahí será mucho más poderoso.

¿Y cuáles suelen ser nuestros temas emocionales favoritos?

Son Familia, Aficiones, Viajes e Infancia (recuerdos). Los FAVI.

Estos temas nos permiten conectar con nuestras experiencias, sueños y aspiraciones, y ofrecen múltiples oportunidades para vincularnos emocionalmente.

¿Has estado en alguna de esas conversaciones donde todo el mundo menos tú se conoce de hace muchos años? Habrás visto que no dejan de contar historias sobre su infancia. Eso ocurre porque se están vinculando continuamente a través de sus recuerdos.

5. No seas tan lógico: usa las hipótesis

Un problema habitual es no saber entrar en el estado mental adecuado para una conversación. Si te has pasado todo el día estudiando o trabajando y no pasas a un estado más emocional, te costará empezar a interactuar socialmente.

Para encontrar nuevos hilos de conversación debes hablar de cosas menos lógicas. Emplea tu imaginación. Pregunta por posibilidades. Una excelente forma de hacerlo es usar preguntas hipotéticas.

¿Qué preferirías…?

Con esta empezarás a cambiar el estado lógico de tu interlocutor. “¿Preferirías no saber escribir o no saber leer?” “¿Preferirías ser una estrella del cine o un científico famoso?”. Las posibilidades son las que tú quieras.

Valora antes si la persona es demasiado racional. La gente suele empezar las conversaciones con desconocidos en un estado muy lógico y quizás les sorprenda que les hagas una pregunta alejada de sus esquemas mentales.

Para evitarlo, une tu pregunta con algo real que haya ocurrido recientemente. Si por ejemplo te cuenta que ayer vio la película Regreso al futuro, pregúntale a qué época preferiría retroceder si tuviera la posibilidad.

Encontrarás muchos más recursos en el artículo sobre preguntas para conocer gente.

6. Prepara un repertorio de temas de conversación

No todo son preguntas. Mantenerte al día de lo que ocurre en el mundo te ayudará a crear nuevos hilos y continuar conversaciones. Cuando no sepas qué decir, siempre es muy útil sacar a la luz un tema de actualidad.

Los grandes conversadores suelen tener cuatro o cinco temas de actualidad en la recámaralistos para ser usados en cuanto la conversación empieza a detenerse. Echar un vistazo a las últimas noticias antes de ir a un evento social siempre es una buena idea.

A veces incluso con un “¿Alguien ha visto una buena película últimamente?” es suficiente. El arte de conversar, aunque te parezca algo innato, también requiere preparación.

7. Comunícate con más historias y menos hechos

Las historias son herramientas de comunicación muy potentes. Han sido la principal forma de transmisión de conocimientos durante siglos y crean muchas oportunidades de vinculación emocional.

El motivo es que cuando oímos una, nuestro inconsciente no puede evitar imaginarnos como protagonistas de la misma. Eso sirve para que tu interlocutor se sienta más identificado contigo.

Hablar de unos zapatos no es interesante. Es la historia detrás de los zapatos lo que puede ser fascinante.

8. Utiliza siempre las respuestas extendidas

Un error clásico es hacer muchas preguntas abiertas pero en cambio responder con un escueto “Sí” o “No” cuando te preguntan.

No respondas con monosílabos si no quieres crear un momento de silencio o directamente matar la conversación. La otra persona quizás no sepa cómo continuar a partir de tu respuesta.

Para ayudarle, añade información adicional a tus contestaciones:

Tu interlocutor– ¿Empezaste a trabajar justo al terminar la carrera?

Tú– No. Al acabar la carrera decidí tomarme un semestre de descanso así que aproveché para hacer un viaje por Sudamérica. A mi vuelta estuve haciendo varias entrevistas hasta que conseguí un trabajo mal pagado de becario.

Y ya tenéis 2 hilos de conversación más: tu viaje por Sudamérica y la dura vida del becario.

9. Pregunta por qué y para qué

Mi favorita, y una de las formas más sencillas para mantener viva una conversación.

La mayoría de conversaciones que oigo son así:

Tú– ¿Y a qué te dedicas?

Tu interlocutora– Soy enfermera.

Tú– Qué interesante. Yo soy abogada.

Fin de la conversación.

Preguntar por qué o para qué hace lo que hace es una forma tremendamente sencilla para multiplicar los hilos de conversación:.

Parece fácil, ¿verdad? Pues siempre me sorprende la cantidad de gente que no lo hace.

Tú– ¿Y a qué te dedicas?

Tu interlocutora– Soy enfermera.

Tú– Qué interesante. Yo soy abogada. ¿Por qué decidiste estudiar enfermería?

Quizás te cuente que ayudar a la gente es su vocación, o que en todas las mujeres de su familia son enfermeras, o que en realidad quería estudiar medicina y no le alcanzó la nota. Tendrás multitud de hilos nuevos.

10. Cuida tu lenguaje corporal

Todo lo que has leído en este artículo puede no servir de nada si tu cuerpo no dice lo mismo que tus palabras.

Cuando tienes una conversación con alguien y su lenguaje no verbal indica desconfianza e inseguridad tu cerebro recibe dos informaciones contradictorias. Eso genera malestar y la sensación de no fiarte del todo de tu interlocutor.

Para evitar que esto te ocurra a ti ten presente lo siguiente:

  1. Establece contacto visual durante el 30-60% de la conversación, especialmente cuando escuches. No es necesario que lo hagas todo el reato (nuestros ojos se mueven mientras pensamos o recordamos experiencias) pero tampoco lo evites.

  2. No te situes totalmente de frente con tu interlocutor. Posiciónate con un cierto ángulo. Lo contrario puede generar cierta incomodidad.

  3. Utiliza una postura abierta. Aunque es lógico que de vez en cuando cruces brazos o piernas para aliviarte internamente, no permanezcas en esa posición durante toda la conversación.

  4. Asiente de vez en cuando mientras tu interlocutor está hablando para motivarlo a seguir haciéndolo.


 
 
 

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